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Jesús Cáceres en la cocina de Atrio CEDIDA
Jesús Cáceres: «Hice prácticas en Atrio y ahora soy su responsable de postres»

Jesús Cáceres: «Hice prácticas en Atrio y ahora soy su responsable de postres»

Juan Aguilar

Jueves, 31 de agosto 2023, 10:53

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Este jovencísimo hornachego vive intensamente su trabajo en uno de los mejores restaurantes de España y del mundo

Este hornachego de 24 años ya es responsable de la partida de postres del restaurante Atrio, santo y seña de la gastronomía de la región, con tres estrellas en la prestigiosa Guía Michelin.

Con solo 17 años ya tenía claro a qué se quería dedicar. «No fui buen estudiante de la ESO. Me metí en una formación profesional básica para iniciarme en el mundo de la cocina, porque siempre me había atraído. Desde niño me gustaba ayudar en la cocina a mi madre».

Con 17 años se marchó a Valladolid, «porque esta ciudad es un referente nacional a nivel gastronómico, como puede ser también San Sebastián».

Empezó trabajando en una tienda de deportes, compaginándolo con los estudios de hostelería. Cuando en 2021 terminó el grado superior de Dirección de Cocinas comenzaron sus prácticas en Atrio. «Estuve tres meses de prácticas. Entramos seis y nos hemos quedado dos, mi compañero en carnes y yo en postres. Me ofrecieron un puesto de trabajo, para mí un sueño cumplido. Es una fortuna poder ser parte del equipo de Atrio, todo un referente en la gastronomía no solamente en España sino a nivel mundial», asegura satisfecho.

«Tengo una anécdota. Cuando empecé a estudiar el grado superior, un profesor nos preguntó cuáles eran los objetivos que nos marcábamos con esta formación. Yo lo tenía claro; trabajar en un establecimiento con estrella Michelin. Al principio se lo tomó a risa, pero cuando se dio cuenta de que lo decía en serio me comentó que para eso tenía que trabajar mucho, porque no es fácil».

FORMACIÓN

«Me fui con 17 años a Valladolid porque es un referente nacional a nivel gastronómico, como puede ser San Sebastián»

OBJETIVO CUMPLIDO

«Cuando empecé a estudiar el grado superior, un profesor me preguntó cual era mi objetivo. Le contesté que trabajar en un establecimiento con estrella Michelin»

Pero ha ocurrido y Jesús no puede ocultar su alegría por ello. Reconoce que sintió los lógicos nervios al principio, por la gran responsabilidad que tenía, pero que el tiempo y el oficio ponen las cosas en su sitio. «A día de hoy, teniendo todo controlado, no tiene porqué haberlos. Tienes tu horario, tu rutina, y desde que entras hasta que sales, ya sabes lo que tienes que hacer, no necesitas a nadie detrás dándote indicaciones».

La oferta de Atrio en todos los sentidos busca la excelencia y en los postres no podía ser menos. Este joven hornachego se esmera para dar cada día la talla y estar a la altura de lo que se espera de él. «Tenemos un menú degustación que está basado en el cerdo ibérico y los productos extremeños, como la torta del Casar, o un postre con chocolate y jamón, también con cerezas del Jerte... Se buscan diferentes texturas, temperaturas, colores», afirma, pero aclara que aunque «cada maestrillo tiene su librillo», en postres, a diferencia de los salados, donde puedes jugar más con los ingredientes, es un proceso y hay que ser meticulosos y exactos en las cantidades y elaboraciones, porque si algo falla en ese proceso, la receta no sería la correcta».

Muy cómodo

Confiesa Jesús que se encuentra muy cómodo trabajando con Toño y Jose y asegura que «además de unos excelentes profesionales, como todo el mundo puede suponer, a nivel humano son muy cercanos y flexibles. Si algún día necesitas algo, tratan de facilitarte las cosas, de ayudarte. Sólo tengo buenas palabras para ellos, aunque suene a tópico, pero es que son así», asegura.

En casa le gusta sorprender a sus padres con cosas que no suelen comer habitualmente, cocina de diferentes culturas, sabores distintos, texturas o algunos trucos. «Date cuenta que, por ejemplo, con el picante, antes mi madre no lo toleraba, y ahora le gusta; es adictivo».

«Cuando empecé a estudiar el grado superior, un profesor me preguntó cuál era mi objetivo. Le contesté que trabajar en un establecimiento con estrella Michelin»

Y es que la pasión de Jesús por la cocina no la abandona ni en vacaciones. «Me muevo en función de los restaurantes que puedo encontrar en el destino. Planifico mis vacaciones para conocer otras culturas gastronómicas», asegura y se muestra optimista con el futuro de la gastronomía en España y, por supuesto, también en Extremadura. «Por suerte, la sociedad está cambiando, y abriéndose paso a platos más actualizados, mezclando tradición y vanguardia, algo totalmente compatible. Mucha gente piensa que en este tipo de restaurantes con las cantidades que te ofrecen no vas a quedar satisfecho, en definitiva, que te vas a quedar con hambre. Es totalmente falso, porque un menú como el que servimos en Atrio lo componen unos veinte platos».

Este joven extremeño quiere seguir creciendo profesionalmente. «Tampoco miro mucho más allá; la vida seguro que me irá encaminando, porque pienso que soy todavía muy joven para saber exactamente qué quiero ser el día de mañana en mi profesión».

Edición papel Juan Aguilar

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